¡Atención! – Debes saber que…

Los medicamentos homeopáticos de altas potencias producen profundos cambios.

Los aspectos físico, mental, emocional y social, se movilizan hacia una curación integral, holística, que abarca todo.

De ahí que el tratamiento debe ser monitoreado por el médico homeópata tratante. Él, por su formación, conoce ese camino de sanación, no así los terapeutas que tratan por parcialidades. Otras intervenciones pueden desviar la dirección curativa de la evolución. Esto incluye las sicoterapias, prescripciones de especialistas, medicinas alternativas distintas…

Todo evento de salud, cualquiera sea su naturaleza o “especialidad”, debe informarse siempre y en primer lugar, al homeópata.

Y acerca de la enfermedad…

Está comprobado que la mayoría de las enfermedades, tanto físicas como mentales, se deben a un conflicto biológico-emocional.

Son psicosomáticas.

El estrés emocional impacta en determinada área cerebral, produciendo un foco de rotura del campo electrofisiológico y alteraciones a nivel celular. Estos cambios se pueden demostrar con exámenes imagenológicos de alta resolución (TAC o Scanner).

Según el contenido del conflicto y cómo lo vive el individuo con su matiz propio, el impacto se localizará en alguna zona específica del cerebro. El órgano o tejido gobernado desde ahí, será el que desarrolle la patología, con sus síntomas correspondientes.

La llamada “enfermedad” no es sino la vía de drenaje de un conflicto, un medio de defensa sensato que evita males mayores, y no una molestia absurda e inútil que hay que paliar a toda costa.

Los tratamientos homeopáticos facilitan, aceleran y hacen más suave y tolerable el proceso.

Asimismo, al ser integrales, psicofísicos, facilitan la toma de conciencia y resolución del conflicto, curando la patología en forma etiológica, en sus causas originales.